¿Qué es la felicidad en el trabajo? La felicidad en el trabajo es un concepto complejo y multidimensional que se refiere a un estado emocional positivo que experimentan las personas en el contexto laboral. Una de las definiciones que ha tenido más éxito ha sido la desarrollada por los profesores Salas-Vallina y Alegre de la Universidad de Valencia. Según los autores, la felicidad en el trabajo está compuesta por estas tres dimensiones: * Compromiso : esta dimensión está relacionada con la emoción, la pasión y el estado mental positivo. Es, en definitiva, cómo nos “entregamos” a la organización. Esta vivencia energética y motivacional es una parte intrínseca de la felicidad en el trabajo. * Satisfacción : esta dimensión está ligada a los sentimientos positivos sobre las condiciones laborales. Es un concepto pasivo y reactivo. La valoración positiva de tales condiciones es una parte intrínseca de la felicidad en el trabajo. * Compromiso organizacional afectivo : esta dimensión está vinculada con el sentimiento afectivo hacia la organización. La percepción de vínculos emocionales, identitarios y afectivos con la organización es otra parte intrínseca de la felicidad en el trabajo. ¿Qué incentiva la felicidad del trabajo? Un estudio reciente realizó una revisión sobre la felicidad en el entorno laboral centrándose en organizaciones orientadas al conocimiento, como centros de investigación, empresas tecnológicas, consultoras o empresas de desarrollo de software. El foco de la investigación era entender quiénes eran los responsables de propiciar una mayor o menor felicidad laboral en los empleados de esas organizaciones. Y los autores identificaron estos 4 elementos: * Contexto laboral : la presencia de factores en el entorno laboral, como la autonomía y flexibilidad, demostró ser un facilitador de la felicidad en el trabajo. * Estilo de liderazgo : el estilo de liderazgo determinaba también el nivel de felicidad en el lugar de trabajo, siendo el liderazgo transformacional uno de los más propicios. * Interacciones sociales : la calidad de las relaciones con supervisores y compañeros también resultó tener un peso significativo en el nivel de felicidad en el trabajo. * Recursos personales: la resiliencia y las actitudes positivas fueron los recursos personales con mayor peso que influían positivamente en la felicidad en el trabajo. ¿Disponen las organizaciones de la capacidad de fomentar dicha felicidad? Como se ha esbozado anteriormente, hay un tipo de liderazgo que parece tener la capacidad de “activar” la felicidad en el trabajo de los empleados: el liderazgo transformacional. Ante una avalancha de libros y teorías sobre el liderazgo, siempre es bueno evitar un exceso de entusiasmo sobre cualquier nuevo tipo de liderazgo que emerja, pero a la vez es necesario prestar atención y valorar su posible contribución. En el caso del liderazgo transformacional, este se define por cuatro características básicas: * Influencia idealizada. Sucede cuando una persona es percibida como ejemplo y alguien a quien respetar, estableciendo altos niveles de estándares éticos y morales, haciendo que otros miembros del equipo se identifiquen en ellos. * Motivación inspiradora. Tiene lugar cuando una persona es capaz de estimular y alimentar la motivación en otros, articulando una visión clara y convincente, despertando el sentido de propósito en otros. * Estimulación intelectual. Ocurre cuando una persona inspira y desafía intelectualmente a otros, promoviendo el aprendizaje continuo, fomentado la creatividad y el pensamiento crítico, así como propiciando una retroalimentación constructiva * Consideración individualizada. Emerge al prestar atención personalizada a los demás, facilitado una comunicación abierta y bidireccional, mostrando empatía y reconociendo los logros de los otros. Cuando estos cuatro elementos se personifican en alguien que pone además el foco en los objetivos organizativos, podemos considerar que tiene un liderazgo transformativo. Un estudio publicado en Journal of Business Research con una muestra de 389 empleados de cinco grandes bancos italianos y españoles reveló que había una relación directa entre tener como supervisor a alguien con liderazgo transformacional y experimentar felicidad en el trabajo. Cada vez hay más estudios enfocados en analizar los elementos que favorecen la felicidad laboral, y gran parte de ellos sitúan como clave los recursos personales, pero también las situaciones contextuales y,como hemos visto, el rol del líder. A la luz de todos estos resultados académicos, las empresas que consideran importante trabajar por la felicidad laboral de sus empleados tienen antes ellas una oportunidad de: Medir, a partir de escalas validadas, el nivel de felicidad en el lugar de trabajo de sus empleados y examinar cuáles son los facilitadores que lo hacen posible. Impulsar acciones para facilitar un liderazgo transformacional entre los responsables en la medida de los posible. Fomentar espacios para mejorar la calidad relacional entre las distintas personas que constituyen la organización. En conclusión, la felicidad en el lugar de trabajo no es un concepto abstracto, sino una realidad tangible y medible que puede ser incentivada a través de diversas estrategias. El contexto laboral, las interacciones sociales y los recursos personales juegan un papel crucial en la conformación de una atmósfera laboral positiva. Las organizaciones que aspiren a fomentar la felicidad de sus empleados deben por tanto centrarse en estos aspectos, evaluando y potenciando los facilitadores de la felicidad laboral, promoviendo el tipo de liderazgo más propicio y trabajando para mejorar la calidad relacional en su seno. Solo de esta manera podrán cultivar ambientes laborales en los que la felicidad no sea solo un objetivo, sino una realidad cotidiana.
El tiempo libre es uno de los mayores anhelos en la sociedad occidental. De hecho, hace relativamente poco, se publicó una investigación que aseguraba que la gente más feliz tiene más tiempo y menos dinero. Las autoras de aquel trabajo aseguraban las personas que priorizan el tiempo sobre el dinero tienen mejor calidad de vida : relaciones sociales y carreras más satisfactorias a la vez que más felicidad. Sin embargo, muchas personas que viven en la sociedad contemporánea sienten que no tienen tiempo suficiente para sí mismos, por lo que buscan más constantemente. ¿Pero es realmente perjudicial tener poco tiempo libre? ¿Hay algún inconveniente por tener demasiadas horas de ocio? ¿Cuánto tiempo necesitamos realmente para ser felices? Un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y la Universidad de California (EE UU) arrojaron un poco de luz sobre este asunto en un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology. La investigación se basa en dos conjuntos de datos a gran escala que incluyeron a más de 35.000 estadounidenses. En concreto, los científicos descubrieron que las personas con más tiempo libre suelen tener mayores niveles de bienestar subjetivo, pero sólo hasta cierto punto. Precisamente, encontraron una relación negativa entre el tiempo de ocio y el bienestar subjetivo. Por una parte, los resultados mostraron que el hecho de tener poco tiempo se relaciona con un menor índice de bienestar causado por el estrés. Sin embargo, tener más tiempo libre no se traduce siempre en un mayor nivel de felicidad. Las personas que tenían hasta dos horas libres al día decían sentirse mejor que las que tenían menos tiempo. En cambio, las personas que tenían cinco horas o más de asueto reconocieron que se sentían incluso peor. Al final, una media aproximada de dos o tres horas al día sea probablemente la cantidad ideal de tiempo libre para satisfacer las necesidades de una persona, según los expertos. “La mayoría de la gente tiene muy poco tiempo libre, pero demasiado tiempo libre no siempre es mejor”, afirmó en una nota de prensa Marissa Sharif, experta en marketing de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania y autora principal del estudio. “A veces, disponer de mucho tiempo libre está incluso relacionado con un menor bienestar subjetivo debido a la falta de productividad ”, en palabras de los investigadores. Por tanto, tener demasiado tiempo de descanso puede hacer que la persona no se sienta lo suficientemente productiva, y esto acabe menoscabando su felicidad. En estos casos, la productividad durante el tiempo individual emerge como un factor crucial. En este sentido, señalan los autores del estudio, “el efecto negativo de tener demasiado tiempo para uno mismo puede mitigarse cuando las personas emplean este tiempo en actividades productivas”. Saber gestionar el tiempo En paralelo, los investigadores realizaron otros dos experimentos para corroborar estos hallazgos. En uno de ellos se pidió a los participantes que imaginaran que tenían entre 3,5 y siete horas libres al día y que imaginasen que empleaban ese tiempo en actividades ‘productivas’ (como la actividad física) o ‘no productivas’ (como ver la televisión). Según los resultados, los participantes reconocieron que su bienestar se vería perjudicado sólo si no realizaban alguna actividad de forma provechosa, aunque tuviesen mucho tiempo libre durante el día. En otras palabras, la forma en que las personas pasan su tiempo libre importa, pero lo que se considera ‘productivo’ depende de cada persona. “Si ver dos horas de 'Friends' en tu tiempo libre aumenta tu felicidad, debes hacerlo”, aclaró Sharif. “El objetivo de todo esto es el de cuidarse a uno mismo ”, reflexionó. No obstante, “en los casos en que la gente sí cuente con cantidades excesivas de tiempo, como por ejemplo, después de jubilarse o dejar un trabajo”, añadió, “nuestros resultados muestran que estas personas se beneficiarían de emplear ese tiempo libre con un propósito concreto ”. En definitiva, las conclusiones sugieren que la relación entre el tiempo personal y la felicidad es compleja. Con todo, no se trata simplemente de tener más tiempo, sino de cómo se utiliza ese tiempo. La productividad y la sensación de logro durante el tiempo libre parecen ser factores clave para mantener o mejorar el bienestar subjetivo, incluso cuando se dispone de exceso de tiempo para uno mismo. Según conclusiones basadas en investigaciones científicas, los factores que determinan un equilibrio adecuado entre tiempo libre y felicidad son: la calidad del tiempo (más que la cantidad), la sensación de autonomía sobre esas horas, un balance adecuado con el trabajo, la variedad de actividades, el descanso y la recuperación, las interacciones sociales e incluso la capacidad de adaptarse a esas formas de tiempo libre.
¿Qué es la felicidad en el trabajo? La felicidad en el trabajo es un concepto complejo y multidimensional que se refiere a un estado emocional positivo que experimentan las personas en el contexto laboral. Una de las definiciones que ha tenido más éxito ha sido la desarrollada por los profesores Salas-Vallina y Alegre de la Universidad de Valencia. Según los autores, la felicidad en el trabajo está compuesta por estas tres dimensiones: * Compromiso : esta dimensión está relacionada con la emoción, la pasión y el estado mental positivo. Es, en definitiva, cómo nos “entregamos” a la organización. Esta vivencia energética y motivacional es una parte intrínseca de la felicidad en el trabajo. * Satisfacción : esta dimensión está ligada a los sentimientos positivos sobre las condiciones laborales. Es un concepto pasivo y reactivo. La valoración positiva de tales condiciones es una parte intrínseca de la felicidad en el trabajo. * Compromiso organizacional afectivo : esta dimensión está vinculada con el sentimiento afectivo hacia la organización. La percepción de vínculos emocionales, identitarios y afectivos con la organización es otra parte intrínseca de la felicidad en el trabajo. ¿Qué incentiva la felicidad del trabajo? Un estudio reciente realizó una revisión sobre la felicidad en el entorno laboral centrándose en organizaciones orientadas al conocimiento, como centros de investigación, empresas tecnológicas, consultoras o empresas de desarrollo de software. El foco de la investigación era entender quiénes eran los responsables de propiciar una mayor o menor felicidad laboral en los empleados de esas organizaciones. Y los autores identificaron estos 4 elementos: * Contexto laboral : la presencia de factores en el entorno laboral, como la autonomía y flexibilidad, demostró ser un facilitador de la felicidad en el trabajo. * Estilo de liderazgo : el estilo de liderazgo determinaba también el nivel de felicidad en el lugar de trabajo, siendo el liderazgo transformacional uno de los más propicios. * Interacciones sociales : la calidad de las relaciones con supervisores y compañeros también resultó tener un peso significativo en el nivel de felicidad en el trabajo. * Recursos personales: la resiliencia y las actitudes positivas fueron los recursos personales con mayor peso que influían positivamente en la felicidad en el trabajo. ¿Disponen las organizaciones de la capacidad de fomentar dicha felicidad? Como se ha esbozado anteriormente, hay un tipo de liderazgo que parece tener la capacidad de “activar” la felicidad en el trabajo de los empleados: el liderazgo transformacional. Ante una avalancha de libros y teorías sobre el liderazgo, siempre es bueno evitar un exceso de entusiasmo sobre cualquier nuevo tipo de liderazgo que emerja, pero a la vez es necesario prestar atención y valorar su posible contribución. En el caso del liderazgo transformacional, este se define por cuatro características básicas: * Influencia idealizada. Sucede cuando una persona es percibida como ejemplo y alguien a quien respetar, estableciendo altos niveles de estándares éticos y morales, haciendo que otros miembros del equipo se identifiquen en ellos. * Motivación inspiradora. Tiene lugar cuando una persona es capaz de estimular y alimentar la motivación en otros, articulando una visión clara y convincente, despertando el sentido de propósito en otros. * Estimulación intelectual. Ocurre cuando una persona inspira y desafía intelectualmente a otros, promoviendo el aprendizaje continuo, fomentado la creatividad y el pensamiento crítico, así como propiciando una retroalimentación constructiva * Consideración individualizada. Emerge al prestar atención personalizada a los demás, facilitado una comunicación abierta y bidireccional, mostrando empatía y reconociendo los logros de los otros. Cuando estos cuatro elementos se personifican en alguien que pone además el foco en los objetivos organizativos, podemos considerar que tiene un liderazgo transformativo. Un estudio publicado en Journal of Business Research con una muestra de 389 empleados de cinco grandes bancos italianos y españoles reveló que había una relación directa entre tener como supervisor a alguien con liderazgo transformacional y experimentar felicidad en el trabajo. Cada vez hay más estudios enfocados en analizar los elementos que favorecen la felicidad laboral, y gran parte de ellos sitúan como clave los recursos personales, pero también las situaciones contextuales y,como hemos visto, el rol del líder. A la luz de todos estos resultados académicos, las empresas que consideran importante trabajar por la felicidad laboral de sus empleados tienen antes ellas una oportunidad de: Medir, a partir de escalas validadas, el nivel de felicidad en el lugar de trabajo de sus empleados y examinar cuáles son los facilitadores que lo hacen posible. Impulsar acciones para facilitar un liderazgo transformacional entre los responsables en la medida de los posible. Fomentar espacios para mejorar la calidad relacional entre las distintas personas que constituyen la organización. En conclusión, la felicidad en el lugar de trabajo no es un concepto abstracto, sino una realidad tangible y medible que puede ser incentivada a través de diversas estrategias. El contexto laboral, las interacciones sociales y los recursos personales juegan un papel crucial en la conformación de una atmósfera laboral positiva. Las organizaciones que aspiren a fomentar la felicidad de sus empleados deben por tanto centrarse en estos aspectos, evaluando y potenciando los facilitadores de la felicidad laboral, promoviendo el tipo de liderazgo más propicio y trabajando para mejorar la calidad relacional en su seno. Solo de esta manera podrán cultivar ambientes laborales en los que la felicidad no sea solo un objetivo, sino una realidad cotidiana.
El tiempo libre es uno de los mayores anhelos en la sociedad occidental. De hecho, hace relativamente poco, se publicó una investigación que aseguraba que la gente más feliz tiene más tiempo y menos dinero. Las autoras de aquel trabajo aseguraban las personas que priorizan el tiempo sobre el dinero tienen mejor calidad de vida : relaciones sociales y carreras más satisfactorias a la vez que más felicidad. Sin embargo, muchas personas que viven en la sociedad contemporánea sienten que no tienen tiempo suficiente para sí mismos, por lo que buscan más constantemente. ¿Pero es realmente perjudicial tener poco tiempo libre? ¿Hay algún inconveniente por tener demasiadas horas de ocio? ¿Cuánto tiempo necesitamos realmente para ser felices? Un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y la Universidad de California (EE UU) arrojaron un poco de luz sobre este asunto en un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology. La investigación se basa en dos conjuntos de datos a gran escala que incluyeron a más de 35.000 estadounidenses. En concreto, los científicos descubrieron que las personas con más tiempo libre suelen tener mayores niveles de bienestar subjetivo, pero sólo hasta cierto punto. Precisamente, encontraron una relación negativa entre el tiempo de ocio y el bienestar subjetivo. Por una parte, los resultados mostraron que el hecho de tener poco tiempo se relaciona con un menor índice de bienestar causado por el estrés. Sin embargo, tener más tiempo libre no se traduce siempre en un mayor nivel de felicidad. Las personas que tenían hasta dos horas libres al día decían sentirse mejor que las que tenían menos tiempo. En cambio, las personas que tenían cinco horas o más de asueto reconocieron que se sentían incluso peor. Al final, una media aproximada de dos o tres horas al día sea probablemente la cantidad ideal de tiempo libre para satisfacer las necesidades de una persona, según los expertos. “La mayoría de la gente tiene muy poco tiempo libre, pero demasiado tiempo libre no siempre es mejor”, afirmó en una nota de prensa Marissa Sharif, experta en marketing de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania y autora principal del estudio. “A veces, disponer de mucho tiempo libre está incluso relacionado con un menor bienestar subjetivo debido a la falta de productividad ”, en palabras de los investigadores. Por tanto, tener demasiado tiempo de descanso puede hacer que la persona no se sienta lo suficientemente productiva, y esto acabe menoscabando su felicidad. En estos casos, la productividad durante el tiempo individual emerge como un factor crucial. En este sentido, señalan los autores del estudio, “el efecto negativo de tener demasiado tiempo para uno mismo puede mitigarse cuando las personas emplean este tiempo en actividades productivas”. Saber gestionar el tiempo En paralelo, los investigadores realizaron otros dos experimentos para corroborar estos hallazgos. En uno de ellos se pidió a los participantes que imaginaran que tenían entre 3,5 y siete horas libres al día y que imaginasen que empleaban ese tiempo en actividades ‘productivas’ (como la actividad física) o ‘no productivas’ (como ver la televisión). Según los resultados, los participantes reconocieron que su bienestar se vería perjudicado sólo si no realizaban alguna actividad de forma provechosa, aunque tuviesen mucho tiempo libre durante el día. En otras palabras, la forma en que las personas pasan su tiempo libre importa, pero lo que se considera ‘productivo’ depende de cada persona. “Si ver dos horas de 'Friends' en tu tiempo libre aumenta tu felicidad, debes hacerlo”, aclaró Sharif. “El objetivo de todo esto es el de cuidarse a uno mismo ”, reflexionó. No obstante, “en los casos en que la gente sí cuente con cantidades excesivas de tiempo, como por ejemplo, después de jubilarse o dejar un trabajo”, añadió, “nuestros resultados muestran que estas personas se beneficiarían de emplear ese tiempo libre con un propósito concreto ”. En definitiva, las conclusiones sugieren que la relación entre el tiempo personal y la felicidad es compleja. Con todo, no se trata simplemente de tener más tiempo, sino de cómo se utiliza ese tiempo. La productividad y la sensación de logro durante el tiempo libre parecen ser factores clave para mantener o mejorar el bienestar subjetivo, incluso cuando se dispone de exceso de tiempo para uno mismo. Según conclusiones basadas en investigaciones científicas, los factores que determinan un equilibrio adecuado entre tiempo libre y felicidad son: la calidad del tiempo (más que la cantidad), la sensación de autonomía sobre esas horas, un balance adecuado con el trabajo, la variedad de actividades, el descanso y la recuperación, las interacciones sociales e incluso la capacidad de adaptarse a esas formas de tiempo libre.